Hombre se topa con Nadie, andrógino en apariencia.
Hombre: ¡Lo sabía, Dios era andrógino! Era muy injusto para las mujeres tanto "Él"…
Nadie: No soy Dios.
Hombre: ¿Y quién es Dios?
Nadie: Dios no es, tienes que ir a buscarlo.
Hombre: ¿Dónde?
Nadie: Por allí, entre los matorrales, debajo del entendimiento humano.
Hombre: ¿Cuál es ese?
Nadie: El que te faculta para distinguirme de un hombre y de una mujer, pararte sobre dos conceptos que llamas "piernas" y, principalmente, no tener respuesta alguna para pregunta alguna sobre Dios, andróginos o piernas.
Hombre: ¿Por qué no puedo tener esas respuestas?
Nadie: Porque estás inmerso en humanidad, sumido en ignorancia.
Hombre: ¿Algo así como que no puedo ver lo que ve el daltónico?
Nadie: Algo así como que no puedes ver. (Mutis a la derecha… o izquierda).
1 comentario:
Muy bueno, hay un saber védico subyacente entre tus líneas. Muy bueno.
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